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El coche del futuro sigue enganchado a la gasolina 09/01/2013  |

La carrera de la industria automovilística hacia el coche eléctrico, animada desde el poder político, ha dado un brusco frenazo. Los directivos del sector no creen que esta tecnología vaya a ocupar más que un hueco minoritario y prevén un futuro cercano en que los fabricantes se afanen por reducir el consumo y las emisiones de los motores convencionales de gasolina.

La carrera de la industria automovilística hacia el coche eléctrico, animada desde el poder político, ha dado un brusco frenazo. Los directivos del sector no creen que esta tecnología vaya a ocupar más que un hueco minoritario y prevén un futuro cercano en que los fabricantes se afanen por reducir el consumo y las emisiones de los motores convencionales de gasolina. El adiós al petróleo tendrá que esperar. Otra vez.

Así se desprende del estudio anual de la consultora KPMG basado en 2.000 encuestas a ejecutivos de la industria del motor en todo el mundo. "Los coches eléctricos puros han perdido terreno en la batalla por las nuevas tecnologías", concluye el estudio. Los automóviles que se mueven exclusivamente con baterías tienen hoy una pobre autonomía y dependen de la instalación de puntos de recarga. Sin embargo, los híbridos (con batería eléctrica pero también motor de gasolina o diésel, y que pueden recurrir a uno u otro) son ahora la gran apuesta de la industria. No cortarán la dependencia de los derivados del petróleo, pero ayudarán a reducirla.

Preguntados sobre el sistema que será más demandado en 2018, un 36% apuesta por el híbrido enchufable (que carga la batería como un coche eléctrico, lo que le basta en trayectos urbanos, pero puede utilizar el motor convencional en carretera); y otro 20% apuesta por los híbridos no enchufables (como el actual Toyota Prius). Los eléctricos de duración extendida (que llevan un motor secundario de combustión como apoyo al principal) son elegidos por un 17%. Solo un 11% confía en el coche eléctrico puro, apuesta que se sitúa por detrás incluso del futurista coche de pila de combustible (que se alimentaría de hidrógeno), en el que cree un 17%.

"Hace dos o tres años había sobreexcitación con el coche eléctrico. Hasta que hemos chocado con la realidad", explica Francisco Roger, responsable de automoción en KPMG. "Son poco competitivos hoy y tienen unos costes elevados para las prestaciones que ofrecen. El futuro pasa claramente por reducir consumos y emisiones de los coches con motor de combustión".

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